"Así que, somos embajadores en nombre del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros: ¡Rogamos en nombre del Mesías, reconciliaos con Dios!"
Hoy quisiera comenzar donde terminamos ayer. En 2 Corintios 5:20. Hay algunas cosas aquí, que debemos mirar con atención:
1.- No estamos haciendo una obra que nosotros escogimos en nuestra gran bondad y misericordia:
. Dios es el que activa en nosotros el querer y el hacer por su buena voluntad. (Filipenses 2:13)
. Fuimos creados para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. (Efesios 2:10)
. Todo es de Él, por Él y en Él. (Romanos 11:36)
2.- Somos embajadores en nombre del Mesías, representantes de otro y no de nosotros mismos. Los sinónimos de la palabra embajador, aplastan nuestro orgullo: mandado, enviado, emisario, mensajero.
. Cristo dijo que Él nos enviaba así como Su Padre lo envió a Él. (Juan 20:21)
. Cristo fue el que dijo: Id. (Mateo 28:19,20)
3.- Dios ruega por medio de nosotros. Y aquí me detengo porque hay un circuito en mi cerebro. Hechos 17:30 dice que Dios manda a los hombres que se arrepientan. Ahora nosotros somos el medio para un ruego de Dios: como si Dios rogara por medio de nosotros. Nosotros debemos rogar a las personas que se reconcilien con Dios y cuando lo hacemos es como si Dios mismo estuviera rogando a través de nosotros.
¿Por qué habría Dios de rogar? Por ahora solo puedo pensar en tres razones:
. Porque Dios sabe que no hay nada bueno para el ser humano fuera de Él mismo. Dios sabe que Él es lo mas deleitoso que podría un ser humano encontrar. (Salmo 16:2; Juan 15:5c)
. Porque Dios se complace en perdonar al pecador. (Miqueas 7:18,19)
. Porque sólo Dios conoce exactamente el castigo que ha preparado para aquellos que no creen en su Hijo (Juan 3:36)
Apocalipsis 14:10-11
"...y será atormentado con fuego y azufre a la vista de los santos ángeles y a la vista del Cordero, y el humo de su tormento sube por siglos y siglos, y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que recibe la marca de su nombre."Entonces tenemos que seguir haciéndonos la pregunta: ¿Nos cansaremos de predicar el evangelio, sabiendo que es poder de Dios para salvar? ¿Nos desalentaremos porque no vemos los resultados hasta ahora? O acaso ¿intensificaremos nuestro compromiso de predicar porque ¿cómo creerán sin haber quien les predique?
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