"Y esta es la acusación: que la luz vino al mundo y los hombres amaron mas las tinieblas que la luz, pues sus obras eran malas." Juan 3:19 |
Sin el nuevo nacimiento no veremos el reino de Dios. Es decir, no iremos al cielo. Pereceremos eternamente. No tendremos nada bueno. Solo tendremos sufrimiento para siempre. Necesitamos descubrir la manera en que Dios nos salva a través del nuevo nacimiento, la manera en que nos lleva al reino. Tenemos que ver la conexión entre el nuevo nacimiento y lo que Dios ha hecho para salvarnos a través de la muerte y resurrección de Jesús.
1.- Sin el nuevo nacimiento, no tendremos una fe salvadora, solo incredulidad.
Cuando Dios nos hace nacer de nuevo, se despierta la fe salvadora, y somos unidos con Cristo. 1 Juan 5:1: "Todo el que cree que Jesús es el Mesías, es nacido de Dios..." No dice que va a nacer de Dios, sino que ha nacido de Dios. Nuestra primera fe es el destello de la vida a través del nuevo nacimiento.
2.- Sin el nuevo nacimiento, no tendremos justificación, solo condenación.
Cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos une a Cristo, somos justificados, es decir, considerados justos, mediante esa fe. Romanos 5:1: "Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo." El nuevo nacimiento despierta la fe, y la fe mira a Cristo para encontrar justicia. Dios nos acredita la justicia sobre la base de Cristo solamente mediante la fe.
3.- Sin el nuevo nacimiento, no seremos hijos de Dios, sino hijos del diablo.
Cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos une a Cristo, todos los obstáculos judiciales para que Dios nos acepte se eliminan a través de la justificación. El nos adopta en su familia y nos conforma a la imagen de su Hijo. Juan 1:12-13: "pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no nacieron de sangres, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." Nacemos de nuevo de Dios, no por voluntad humana. Creemos en Cristo y lo recibimos, y Dios nos hace sus herederos legales e hijos espirituales.
4.- Sin el nuevo nacimiento, no produciremos el fruto del amor por el Espíritu Santo, sino el fruto de la muerte.
Cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y somos unidos a Cristo, y toda la condenación queda reemplazada con la justificación, el Espíritu de adopción se muda en nuestra vida y produce el fruto del amor. Gálatas 5:6: "Porque en Jesús el Mesías ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor." 1 Juan 3:14: "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos..." Donde hay nuevo nacimiento hay amor.
5.- Sin el nuevo nacimiento, no tendremos gozo eterno en comunión con Dios, sino tristeza eterna con el diablo y sus ángeles.
Por último, cuando el nuevo nacimiento despierta la fe y nos une a Cristo, que es nuestra justicia, y desata el poder santificador del Espíritu Santo, estamos en el camino angosto que lleva al cielo. Y el pináculo del gozo del cielo será eterna comunión con Dios. Juan 17:3: "Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien enviaste." El pináculo (lo mejor, lo mas alto) del gozo de nuestra nueva vida es Dios.
La razón de nacer de nuevo no es solamente que estamos muertos sin ello, sino que perderemos todo lo bueno, para siempre. Por eso Jesús dijo: "Os es necesario nacer de nuevo."
¿Acaso no son estas razones suficientes para alertarnos de lo importante que es nuestro trabajo como embajadores de Cristo?
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