Primero... y luego...

   ¿Cuál es el orden correcto de las cosas?  ¿Me siento mal entonces me arrepiento?  ¿Deseo o quiero recibir a Cristo?  ¿Hay que entender primero y arrepentirse después?
   ¿Qué te parece si hoy revisamos este punto?  Miremos juntos Romanos 6:17,18

   "Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado , habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y habiendo sido libertados del pecado, fuisteis hechos siervos de la justicia."

   ¿Cuál era la condición en la que se encontraban los romanos a los que Pablo estaba escribiendo?  Dice que antes ellos eran: "esclavos del pecado."  ¿Cómo era esto?  Mira lo que dice el 16.  Ser esclavo de algo significa que la persona se presenta como siervo de eso, para obedecerle.  Es decir, el que está sin Cristo, se presenta delante del pecado como un siervo que le dice a su amo: ¡Qué quieres que haga! y está dispuesto a obedecerle y lo hace.  

   Sigamos...
   ¿Qué hicieron?  ¿Tomaron decisiones de invitar a Cristo?  ¿Sintieron un éxtasis espiritual acompañado de distintas manifestaciones en las emociones?  ¡No!  Dice: "habéis obedecido".  ¿Recuerdas aquellos casos que mencionamos de cuando Jesús le pidió a varias personas que hicieran algo que no estaban en capacidad de hacer?  ¿Qué hicieron ellas?  Obedecieron.  La voluntad en acción.  
   
   Pero...¿qué hizo que esa acción pudiera ser ejecutada?  Allí también lo dice: Ellos obedecieron "a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados".  Pablo está diciendo aquí que ellos obedecieron a lo que habían sido enseñados.  Nuestros alumnos necesitan conocer la justicia de Dios, su amor, su ira santa y justa, su condición de pecado, su impotencia para salvarse a sí mismos.  Ellos necesitan conocer el evangelio.

   La Biblia dice que la fe viene por el oir y el oir por la Palabra de Dios.   Así que, maestros, tenemos que tomarnos el tiempo no solo para estudiar el tema de la lección.  Necesitamos tomarnos el tiempo para entender el evangelio, su poder y su obra para poderla enseñar a nuestros alumnos.

   No podemos seguir contando las mismas historias, de la misma manera, donde Dios es un actor secundario, donde su gloria no es exaltada. Necesitamos explicar la gran obra redentora de Cristo, lo que es la justificación, lo que significa nacer de nuevo.  Necesitamos entender la obra del Espíritu Santo en el corazón del ser humano para poder explicarla a nuestros alumnos para que la fe venga a ellos según la misericordia de nuestro Dios.

  Pero no queremos obviar lo que dice el versículo acerca de la forma que estos creyentes habían obedecido.  Ellos lo hicieron "de corazón".  Las emociones también tienen su lugar, esas emociones, una mezcla de temor y gozo, expectativa y ganas de saltar y de decirle a todos que "siendo yo un pecador él me salvó."  La persona arrepentida siente tristeza en su corazón por su condición, pero le parece glorioso y hermoso Aquel cuyo cuerpo fue molido por su salvación.

   ¿Imaginas al hijo pródigo de regreso a su casa?  Quizá esta parte era tan dura como el querer comer de la comida de los cerdos.  Pero...eso no detuvo a este hijo arrepentido y fue cubierto de amor antes de llegar a la casa por su anciano Padre.  Dios se complace en salvar pecadores y esa verdad también es gloriosa.

   Pero estos textos que revisamos dicen algo mas que es imposible no mencionar:  "y habiendo sido libertados del pecado..."  ¿Reconoces en que voz está escrita esta frase?  ¡Sííí!  Está en voz pasiva.  Yo no me liberté, yo solo estaba perdida, escuché su voz ordenándome que me arrepintiera, Él derramó en mí arrepentimiento, me dio fe para creer que Él podría salvarme, me atrajo hacia Él, me salvó, me convenció de pecado, justicia y juicio y me liberó del pecado.

¡Inmensa la obra de Cristo en la cruz!