¿Recuerdas los tres pasos que debes seguir para ser cristiano, que mencionamos ayer de este pequeño libro para niños? Pensar, Creer y Decidir. Y no creas que estoy tomando este libro como referencia porque la manera en que yo lo hacía era mejor. Yo lo único que no hacía era ponerles número y separarlos.
Ayer hablamos un poquito en relación con el "¿Te gustaría?" Hoy quiero que revisemos la parte de que el pecador debe Pensar. Lo que la autora básicamente está diciendo es que se debe recordar de lo que no ha hecho bien. Yo decía que a Dios no le agradaban las cosas malas que hacíamos o los "errores" que cometíamos.
Nunca le dije a mis alumnos de frente que ellos eran pecadores y que estaban perdidos. Me sonaba duro, me sonaba cruel o hasta innecesario porque realmente las cosas que ellos hacían muchas veces no eran tan malas. Ya ni estoy segura de si estaba "protegiéndolos" a ellos o a mi conciencia. Pero gracias al Señor que no fui consumida. Fui enseñada por el Señor de diferentes maneras, pero eso no viene al caso ahora.
Quiero mostrarte lo que dice Marcos 1:14 y 15 "Después que Juan fue entregado, Jesús fue a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: ¡El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado! ¡Arrepentíos, y creer en el evangelio!"
Puedes verlo tan claro como yo lo veo. El Señor no comenzó diciéndole a las personas que recordaran las cosas malas que habían hecho. No comenzó a hacer preguntas de si ¿Has tomado algo que no es tuyo? ¿Has dicho mentiras? ¿Has desobedecido? El Señor da por sentado que cualquiera fueran las circunstancias y las personas que escucharan su mensaje, todas eran PECADORAS. Lo sabemos tu y yo. Nosotros éramos pecadores. No habíamos cometido un pequeño desliz. No nos habíamos equivocado. No habíamos actuado sin mala intención.
A final de cuentas, eramos pecadores y habíamos ofendido al Dios y Rey del Universo. Al Dios vivo y verdadero, cuyo nombre es Santo. Por eso lo que Cristo dice es: ¡Arrepentíos! Hay otra cosa que podemos notar y es que esta no es una petición ni tampoco es una sugerencia. Es una orden. Mira lo que dice Hechos 17:30 "Pues bien, Dios, pasando por alto esos tiempos de ignorancia, ahora MANDA a todos los hombres en todo lugar, que se ARREPIENTAN."
Miles de veces me he preguntado ¿cómo es que no había visto este versículo? Y es que yo estaba cegada por mi herencia. Eso fue lo que me enseñaron y eso fue el resultado de que nunca fuera a la Palabra para ver si lo que me habían enseñado, si lo que practicaba, era bíblico.
Mateo 3:2 nos dice que Juan el Bautista proclamaba en el desierto diciendo "Arrepentíos".
Lucas 13:1-5 nos dice que algunos le contaron a Jesús de cosas que habían sucedido y dentro de la respuesta de Jesús en dos ocasiones, les hace la siguiente advertencia: "...si no os arrepentís, todos pereceréis de igual manera".
Hechos 2:38 Pedro termina su discurso de Pentecostes diciendo que ese Jesús a quien ellos había crucificado, Dios lo hizo Señor y Mesías. Entonces ellos con el corazón compungido dijeron ¿qué haremos? La respuesta de Pedro fue ¡Arrepentíos...".
Hechos 3:19 nuevamente Pedro lo dice con excesiva claridad "Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que sean perdonados vuestros pecados".
Ya sé que está claro, pero solo un caso más donde Jesús le dice a Nicodemo qué tiene que hacer para entrar en el reino de Dios. Este hombre, un fariseo, magistrado de los judíos se acercó a Jesús y le dijo que estaba seguro que venía de parte de Dios como maestro. Jesús ni siquiera siguió la conversación que Nicodemo comenzó. De una manera tajante le dijo lo que Nicodemo necesitaba: "...el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios."
Tu alumno no necesita pensar. Tu alumno necesita arrepentirse. Ellos siempre dirán que son buenos y no han pecado, pero la Biblia dice que mienten. Dios dice que todos han pecado. Dios dice que el que diga que no ha pecado miente. Y ¿me preguntarás qué debemos decirles? Pablo lo dice muy claro en varias ocasiones y Dios lo inspiró para decirlo y está escrito.
Efesios 2 describe la condición de los que están sin Cristo y esto es aplicable para chicos y grandes. No hay un evangelio para niños en la Biblia. Mira como es descrito el que está sin Cristo:
. muertos en delitos y pecados
. actúan bajo la influencia del príncipe de la potestad del aire
. hacen la voluntad de la carne y de los pensamientos
. hijos de ira
. sin Cristo
. apartados de la ciudadanía de Israel
. extraños a los pactos de la promesa
. sin esperanza
. sin Dios
. con el entendimiento entenebrecido
. ajenos a la vida de Dios
. con un corazón endurecido
. insensibles
Nuestros alumnos están en esta terrible condición en la cual nosotros también estábamos. No necesitan pensar, ni repetir una frase acerca de que están tristes por esas cosas malas que hicieron. Ellos necesitan que el Espíritu Santo los convenza de pecado, justicia y de juicio. Cuando tu les dices a tus alumnos lo que la Palabra dice respecto a su condición como pecadores, el Espíritu Santo tomará la Palabra y la usará de manera poderosa para guiarlos al arrepentimiento.
Nuestra tarea, predicar el evangelio. Nuestras palabras, las que dice Dios. Nuestra invitación no es a levantar las manos, ni a decidir si quieren recibir a Cristo, es a arrepentirse y volverse al Señor pidiendo que tenga misericordia. Nuestra oración, que seamos fieles al predicar el evangelio de Dios y que el Señor en su misericordia los salve.
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