Ayer terminamos diciendo lo que la Biblia afirma: hay tristeza que no es según Dios y por lo tanto no hay arrepentimiento para salvación.
Hoy quiero que miremos el caso de David. Busca esta historia en 2 Samuel 11 y acompáñame a revisarla. Este era el rey de Israel, y ya sé que conoces la historia, pero me encanta contar historias. Después de muchas dificultades, al fin David es colocado en el trono de Israel.
Llegó el tiempo en que los reyes salían a la guerra, pero David no salió, como debía hacerlo, como lo hacían los otros reyes. Así que él se quedó mientras enviaba a su ejercito a la batalla. Y bueno, la imagen que yo puedo ver en este capítulo es de un rey bastante feliz y despreocupado de lo que sucedía con sus ejércitos. Te contaré la línea de su caída:
. a la hora de la tarde fue cuando se levantó de su lecho
. se paseó por el terrado de su palacio
. vio por primera vez a una mujer bañándose
. la miró por segunda vez y vio que era hermosa
. envió a alguien a preguntar quién era esta mujer
. se enteró que estaba casada
. conocía al esposo de esta mujer, porque pertenecía a su ejército
. la mandó buscar
. se acostó con ella
. ella se fue a su casa
. ella salió embarazada
. ella le mandó a decir que estaba embarazada
¡Un momento! ¿Has visto la palabra arrepentimiento por alguna parte? ¡Yo tampoco!
. David trama un plan malvado lleno de mentiras y engaño
. David planea a sangre fría la muerte de Urías
. David ejecuta su plan homicida y lo hace con éxito
. Cuando pasó el luto de esta mujer, David la busca y la convierte en su esposa.
La opinión de Dios no fue favorable para David. Esto que él hizo fue desagradable ante los ojos de YHVH. Vuelvo a preguntarte, ¿has visto la palabra arrepentimiento? Así que podemos decir que de cierta manera la conciencia de David estaba cerrada. ¿Cómo era que no se daba cuenta de la gravedad de sus acciones?
Así que Dios envía al profeta Natán, quien a través de una historia muestra a David la perversión de su conducta. Lo que Natán le dice, no tiene nada de hermoso, ni de suave. Le dijo que había menospreciado la palabra de YHVH, que había echo lo malo delante sus ojos, que mató a Urías, que lo asesinó, que adulteró con su esposa. Seguidamente Dios le dice cuáles serán las terribles consecuencias que cosechará por su pecado.
Cuando David escuchó de boca del profeta Natán, lo que Dios opinaba de su actuación, no trató de dar explicaciones. No racionalizó su pecado. No se escondió detrás de la debilidad. Tampoco se quejó como Caín de que el castigo que le esperaba era demasiado duro y difícil de soportar. David dijo: ¡He pecado contra YHVH!
La historia en el libro de Samuel no cuenta todo lo que David le dice a Dios, pero este es el contenido del Salmo 51. David derrama su corazón delante de Dios pidiéndole perdón. Su culpabilidad, el darse cuenta de la ofensa que hizo contra Dios, lo llevó al arrepentimiento. Lo llevó a suplicar misericordia delante del Dios Justo y Santo a quien había ofendido. David contrasta su condición de pecado contra la santidad de Dios. Eso es arrepentimiento, me doy cuenta que he ofendido a Dios y no hay otra salida que caer de rodillas ante Él suplicando perdón y misericordia.
El arrepentimiento nace al conocer el carácter de Dios y reconocer tu bajeza, tu pecaminosidad. es el mismo caso del hijo pródigo, el mismo caso de Zaqueo, el caso de Pedro cuando negó al Señor. Es el resultado de conocer la santidad de Dios. Es lo que le pasó a Isaías cuando tuvo la visión de la gloria de Dios, pensó que debía morir porque siendo un hombre de labios inmundos y habitando en medio de un pueblo con labios inmundos, él había visto al Rey. Lo mismo que le sucedió a Saulo camino a Damasco.
Es lo mismo que tu y yo pasamos. Quedamos como culpables de haber ofendido la santidad de Dios y nos volvimos a Él clamando que nos salvara. Eso es lo que queremos que suceda con nuestros alumnos. Si no les decimos que son pecadores, que están muertos en sus delitos y pecados, que Dios está enemistado y airado contra ellos y que Dios es tan santo y tan Justo que no tendrá por inocente al culpable, nosotros estaremos mutilando el evangelio, y cosecharemos las consecuencias.
Mañana tengo algo importante que decirte acerca del arrepentimiento.
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